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¿Quién es Madre Eugenia? ¿Quién es esta criatura que el Padre llamaba "mi hija predilecta... mi plantita?


Pensamos que Madre Eugenia es una de las más grandes Luces de estos tiempos: es el pequeño profeta de una Iglesia nueva en la cuál el Padre está al centro y en el vértice de cada fe, y la Unidad es el máximo ideal de toda espiritualidad. Es la luz que el Padre donó al mundo en este tiempo de caos y de obscuridad, para que se conozca el camino que hay que seguir.


Nació en San Gervasio d'Adda, Italia (ahora se llama Capriate San Gervasio), un pequeño centro en la provincia de Bérgamo, el 4 de Septiembre de 1907, en una familia de origen campesina.


Frecuentó solo la escuela primaria, y después de algunos años de trabajo en una fábrica entró, cuando tenía veinte años, en la Congregación de Nuestra Señora de los Apóstoles, en donde se desarrolló su gran personalidad carismática que la hizo elegir, a solo 25 años, Madre General de la misma Congregación.

VIDA DE LA MADRE EUGENIA ELISABETTA RAVASSIO

Versión para sacerdotes

Prescindiendo de su dimensión de espíritu, para hacerla entrar en la Historia bastaría su acción en el campo social: en doce años de actividad misionera abrió más de setenta centros - con enfermería, escuela e iglesia - en los lugares más abandonados de Africa, Asia y Europa.


Descubrió la primera medicina para curar la lepra, sacándola de la semilla de una planta tropical; medicina que fue después estudiada y elaborada por el Instituto Pasteur de París.


Lanzó en el apostolado a Raoul Follereau, que siguiéndole las huellas, y con la bases que ella puso es considerado el apostol de los leprosos.


Ideó, proyectó y realizó en Azopté (Costa de Marfil), durante los años 1934-41, la "Ciudad de los Leprosos": un inmenso centro para juntar a estos enfermos que se extiende sobre una superficie de 200.000 metros cuadrados, y que hasta ahora queda como un centro
de vanguardia en Africa y en el mundo. Por esta obra Francia le concedió a la Congregación de las monjas misioneras de Nuestra Señora de los Apóstoles - de la cuál Madre Eugenia había sido Superiora General desde 1935 hasta 1947 - la máxima condecoración nacional por obras de carácter social.


Pero la cosa más importante que Madre Eugenia nos ha dejado ha sido el Mensaje del Padre ("El Padre le habla a Sus hijos"), la única revelación hecha personalmente por Dios Padre y reconocida auténtica por la Iglesia después de diez años de rigurosísimos exámenes.
 

Publicamos también el texto el testimonio que S.E. Mons. Alexandre Caillot, Obispo de Grenoble, extendió al final de la encuesta.
 

Es digno de nota el hecho que el Padre - en 1932 - dictó el Mensaje a Madre Eugenia en latín, un idioma para ella totalmente desconocido.


Los muchos prodigios que de eso han brotado nos han inducido a difundirlo gratuitamente, especialmente en las cárceles, en los cuarteles y en los hospitales.


La Madre Eugenia regresó al Padre el 10 de Agosto de 1990.


Consideramos oportuno comenzar esta publicación con el testimonio de S.E. Mons. Alexandre Caillot, Obispo de Grenoble, quién en 1935 instituyó una comisión de expertos, convocados en varias partes de Francia, para iniciar un proceso diocesano que duró diez años.
Hicieron parte de la comisión, entre otros, el Vicario del Obispo de Grenoble Mons. Guerry, teólogo, los hermanos jesuitas Alberto y Augusto Valencin, máximas autoridades en el campo filosófico y teológico, y expertos en valuaciones de casos símiles - y dos doctores
en medicina, uno de los cuales era psiquiatra.

 

Seguros que tal Mensaje ayudará a los hombres a comprender la profunda ternura del Padre para cada uno de nosotros, esperamos que tenga la mayor difusión.


P. Andrea D’Ascanio
ofm cap.

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